martes, 19 de abril de 2011

El síndrome Moncloa

Hace varios años escuché el significado del "síndrome Moncloa". Cuando un presidente, en este caso Presidente con mayúsculas (por ser del Gobierno), ocupa su segundo mandato, ocurre lo que en cualquier empresa importante del mundo: el que posee el poder cree que nadie más que Él (en mayúsculas como Dios) puede ostentarlo. El síndrome afirma que el Presidente que repite cree que la Moncloa es su chalet y cuando algo falla, hagamos un pareado, destruye al mensajero o bien al consejero.

Realmente esto ocurre incluso con el presidente de la escalera o el de las fiestas del barrio. Se mete en su burbuja y piensa que todo lo hace perfecto, obviando la realidad que fuera del alcance de su batuta hay problemas mayores que la marca de su papel higiénico.

La última perla de José María Aznar ha sido decir que el Gobierno español participa en la matanza de inocentes en Libia con las ventas de bombas racimo a Gadafi. Nadie de su entorno se ha molestado en desmentirlo ni corroborarlo, sólo en alentarlo e intentar machacar al adversario, aunque éste hace un par de asaltos que tiró la toalla. Todo da igual, todo vale, sobre todo si eres Señor Don Dios Altísimo de Aznar. Todo vale por un voto.

Permíteme que te tutee, José Mari, desde que Felipe se fue a Gas Natural y Tú, oh venerado ser, a Endesa... no os merecéis que os llame de usted, ya que para mí es un rango que hay que ganarse, señor presidente con minúscula.


Por último, déjeme decirle algo: váyase Sr.Aznar, pero váyase de una puta vez. Y si quiere déle la mano a su archienemigo Felipe y váyanse a hacer abdominales a Siberia.


Juan Carlos Pastor


miércoles, 6 de abril de 2011

¿Eres un hooligan?


Mi vecina dice que el colegio de su hijo es el mejor. Otras vecinas también van al mejor colegio de Alicante y no es el mismo. Mi primo justifica los ERE de Andalucía, es del PSOE. Mi tía dice que a Camps le están tendiendo una trampa, es del PP. Mi vecino opina que Cristiano Ronaldo es un buen tío. Le cae bien, es madridista.

¿Por qué justificamos lo injustificable? ¿Por qué pensamos que lo nuestro es lo mejor? ¿Por qué no reconocemos nuestras malas elecciones?

Somos forofos de lo nuestro, verdaderos hooligan de nuestras preferencias pasadas. No piensen que la edad nos templa y madura, las convicciones arraigan en nosotros cada minuto que pasa. En la criba de lo que es bueno o malo es fácil elegir qué nos conviene cuando lo elegido es nuevo en nuestra vida.

Pero, ¡ay amigo! Recapacitar y cambiar una elección del pasado, reconocer ante alguien que te estabas equivocando o simplemente opinar que el colegio no está mal pero es uno más, que hay golfos en el PP y el PSOE, en el PSOE y el PP o que eres del Madrid y Ronaldo es un prepotente. (por no decir imbécil)... es más fácil autoconvencerse de que somos infalibles eligiendo, aunque por la noche , antes de dormir, alguna oveja te ponga mala cara y mueva su índice de izquierda a derecha.

¿Cómo se puede justificar que un político acepte trajes, relojes o incluso coches? "Cualquiera lo haría...". ¡No! Cualquiera no lo haría, sólo los que creen que son mejores por su sillón.

¿Cómo se puede justificar que un ERE destroce familias y otros que no han trabajado en su vida cobren de él? "Sólo afecta al 1% de los expedientes" ¿Sólo? Si pudiera, en vez de escribir, masticar las palabras, probablemente vomitaría.


Juan C. Pastor