Tuve un profesor de Ética en 2º de BUP que dijo que nosotros éramos la generación que cambiaría el siglo XXI. Nos dijo que al haber nacido en el año 75 entraríamos en la primera década de la centuria teniendo de 25 a 35 años, edad que él pensaba que era la ideal para liderar y cambiar el mundo.
Yo llamo a esta generación la generación M. Y me incluyo, por supuesto. Todo dicho en general, formamos parte de una generación que ha vivido de la comodidad del nivel de vida de los padres consentidores, de una economía inflada superficialmente por una burbuja económica sin sentido y de unos gobernantes que han gastado en Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y el Estado más dinero que el que tenían.
Después de un año, ya me he animado a contar a amigos que estoy haciendo Ciencias Políticas. Trato de explicar lo interesante que es el contenido: Ciencia Política, Sociología, Economía, Estadística, Historia... La extrañeza y la incomprensión general me hace sentir mejor, o al menos más sensible.
¿Por qué os cuento todo esto? Bien, cuando oigo hablar de los "monigotes" del 15-M, de los "porreros anti-sistema" y de la acampada de "ninis", me doy cuenta de que tenemos políticos que SÍ representan a la mayoría de la sociedad. A la sociedad vacía. Sin sensibilidad. Sin empatía.

¿Alguna vez os habéis parado a pensar que el "aspecto" de los jóvenes de ahora es criticado como lo era el nuestro? Nosotros (30-40 años) íbamos con camales en los vaqueros, chalecos de flores y protozoos, tupés, melenas, camisas 2 tallas superiores a las de ahora... es el equivalente a las rastas, pelos de colores y pantalones "cagaos".
¿Será envidia por no haber hecho nada? Probablemente. Porque cuando las cosas van bien, aunque sea temporalmente, es el momento de arreglar los problemas. Pero claro, ahora todo son lamentos y quejas. O como dijo el maestro Sabina... "No hay nada peor que lamentar lo que jamás sucedió"
Por eso, cuando digo que me gusta la ópera y también el fútbol y me miran raro, me digo a mí mismo: “Me gusta ser diferente”. Soy de la generación M, la generación Mierda, la que permaneció callada, pero al menos estoy cambiando mi mentalidad. Nunca es tarde si la dicha es buena. Y apoyo el movimiento, sí. Apoyo a los nuevos que tendrán 35 cuando yo tenga 45. Desde luego que habrá algún futuro corrupto dentro, algún jeta, algún gili... ¿No los hay en tu comunidad de vecinos, en tu trabajo, incluso en tu grupo de amigos?

Yo me quedo con la idea general y con esta gente con ilusión. Con muchas proposiciones concretas. Antes de criticar los nuevos movimientos críticos, por favor, leamos las propuestas. Son tan sencillas y tan evidentes que es difícil no estar de acuerdo en muchas de ellas.

Y recordad, hacer y opinar “lo normal” no es hacer u opinar “lo habitual”...
Juan Carlos Pastor